A primera vista, cuando se dieron a conocer los emparejamientos de cuartos de final, esta eliminatoria estaba decidida en el momento en que los organizadores del sortero sacaron el papelito del Apoel, y posteriormente el del Real Madrid.
Las demás eliminatorias contaban también con claros favoritos lógicamente, pero en esta ya estaba todo decidido antes de jugarse, pero claro, tenía que jugarse. La ida fue un partido totalmente dominado por el Madrid, el Apoel solo pudo defenderse y buscar a Charalambides en el ataque, acabó perdiendo 0-3, naturalmente.
En la vuelta vivimos lo que todos nos esperábamos, un partido sin ninguna dificultad para aumentar el saldo goleador de las estrellas del Real Madrid, aunque en mi opinión no fue un partido serio, el Apoel cometió unos errores gravísimos en defensa, como por ejemplo regalar el balon intentando sacarla en corto, demostrando que ya daban la eliminatoria por perdida.
Aunque lo que más llamó la atención fueron los 3 goles seguidos en pocos minutos, entre ellos un penalti absurdo de Altintop, propios de un torneo de verano que podrían estar jugando hasta los recogepelotas.
Esperemos que el Bayern-Real Madrid sea un partido propio de la Champions en el que se vea a dos grandes disputarse una plaza en la final y no lo que hemos visto hoy.
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